Al igual que evoluciona la forma de vida y las costumbres, el vestido de novia se ha ido adaptando a todas las épocas, modas, situaciones, periodos de guerra, de esplendor, crisis. Se han transformado sus tejidos, colores, cortes, larguras, detalles, velos, etc.
Por lo que, hasta llegar al actual concepto que tenemos de vestido de novia, blanco, único y espectacular, que no reutilizamos y finalmente guardamos con mucho mimo y cariño en una bonita caja, han pasado muchos siglos de historia, tradiciones y curiosidades.
Los colores incitan a filosofar. Ludwig Wittgenstein
En este post vamos a hablar del color. El blanco no ha sido siempre el color de los vestidos de novia de occidente. Antiguamente, el blanco se utilizaba en el luto, o en la presentación de las jóvenes en la corte. Para casarse solían estar permitidos casi todos los colores, aunque en algunos momentos, el rojo fue vetado por ser símbolo de la prostitución.
Victoria, soberana del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, significó un antes y un después en la historia del vestido de novia.
Se caso en 1.840 con Alberto de Sajonia, conocido como el príncipe consorte. Su look nupcial estaba formado por un vestido de color blanco crema, (generalmente entonces, el color elegido por las reinas era el oro, dorado) con un volante de encaje, cola de 5 metros, corona de flores de azahar y mirto y zapatos planos de raso bordado.
Con el auge de la imprenta, rápidamente la realeza europea y la clase alta burguesa replica la nueva tendencia del blanco, como color nupcial.
El blanco no significaba entonces pureza, virginidad e inocencia, sino que era símbolo de riqueza, ostentación y boato. En aquella época era muy difícil lavar y mantener limpio un vestido blanco y resultaba muy caro que solo se utilizara en una ocasión, por lo que solo las familias adineradas o de la realeza se lo podían permitir.
Pero tardaría varias décadas en llegar a la clase media. Tras la segunda guerra mundial, el auge de la empresa textil y el abaratamiento de la ropa, se establece ya el vestido blanco y de un solo uso, como atuendo nupcial. Este, llega a España una vez pasada la recesión económica y se afianza con las bodas de Grace Kelly y la reina Fabiola.
La reina Victoria, no solo se convirtió en una de las primeras influencer, introduciendo el color blanco en el vestido de novia y el negro como luto, sino que también fue pionera en la instauración de otros usos y tradiciones nupciales. que han perdurado hasta nuestros días.
Boda y vestido de novia de la Reina Victoria. Vía Pinterest
Las pioneras del color blanco en su vestido de novia, fueron novias de la realeza como, Philippa de Inglaterra en 1406, Ana de Bretaña en 1.499, María Estuardo en 1.558, y la princesa Carlota de Inglaterra en 1.816, prima de la Reina Victoria, que fue la que lo popularizó.
Anteriormente, a la época victoriana, en la antigüedad, las novias egipcias utilizaban linos blancos, para las griegas el blanco en sus bodas era símbolo de alegría y las romanas lo acompañaban de velos color naranja azafrán.
En la Edad Media, se pierde el color blanco y los trajes son de vistosos colores.
En el Renacimiento, los colores que predominan son los, dorados, plateados. Colores más ostentosos.
Y cómo no recordar, las fotos de nuestras abuelas y bisabuelas vestidas de negro el día de su boda.
Exposición “A la gala de la buena novia” Museo Provincial del traje popular de Morón de Almazán – Soria
Actualmente, se considera una novia más atrevida y rebelde la que elige casarse de otro color diferente al blanco, aunque hay modistos como Oscar de la Renta y Vera Wang que han lanzado recientemente colecciones nupciales de vestidos no blancos. Lo que podría significar un cambio de rumbo en la moda nupcial.
Los colores tradicionales en otras culturas sobre todo las orientales nada tienen que ver con el blanco occidental. Por ejemplo, en la cultura china, e india, el rojo es el color con mayor protagonismo, por dar suerte a la novia. Pero esto te lo contaré más adelante en otro de mis posts.
De momento, en el próximo, te hablaré de la evolución y metamorfosis del vestido de novia en su corte, tejidos, largura, etc, a través de las décadas.
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